El cielo le regala una llovizna a mi ciudad,
las señoras se abrigan
y los niños montan bicicletas, patinan o juegan a la ere.
En mi casa un pino artificial cargado de luces protege a un
[pesebre.
Esa noche yo duermo con mi dama y mi muchacha para
[espantarnos el frío con el alma.
En la calle una mujer llora su hambre varios hombres beben y
[de una casa escapan algunos villancicos y aguinaldos.
Desde el fondo de la calle un pueblo viene trayendo a un niño
[entre los brazos
con cuatro, tamboritas y maracas y un canto alegre.
Escapan los niños de las casas con luces de bengala
descorchan un vino en alguna sala, brincan las hallacas de las
[ollas
y aún huele a pintura fresca y la vida se torna muy alegre.
Esa noche un anciano entra a mi casa por una ventana
deja algunos juguetes y un jirón de su abrigo
y se lleva una alegría compartida
se escuchan cohetes y el cielo se ilumina
Y como milagro divino un niño nace en alguna casa, hospital o
[por qué no en un pesebre.
Mi hija se despierta…
..es Navidad…
que viva diciembre.
De: Fragmentos para una memoria. (2007)
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