El fuego que emerge de sus ruinas extinguirá su sombra
Estuvo huyendo todo el año
Se ocultó en oficinas de gobierno
En clínicas en jefaturas
No pisó los jardines ni conversó con los niños en la plaza
Creyó más en los curas de alta jerarquía
Buscó el perdón haciéndoles favores a los comerciantes
Ese carajo no cree en el futuro
Se sigue vendiendo por cuarenta monedas
Entrega a los jóvenes por droga
Le gusta seducir a infantas
Engaña a los ancianos
Estafa a los que aun tienen sueños
Ya no conversa con los locos ni con los alcohólicos
a la gente honesta le llena el cerebro de míseras ambiciones
Traiciona a los humildes
Distorsiona la verdad divide a los amigos
no creé en el país ni en el futuro.
Hoy lo volverán a quemar
Esta noche morirá
Y mañana desde su sombra
Renacerá en ambiciones ciega y enfermas avaricias
Dicen que él no es el culpable
Que en la antigüedad la culpa fue del césar
Y de los reyes católicos
Pero el pobre no es muy inteligente
Y trafica con los poderosos,
los que explotan, los que matan, los que empobrecen
Le falta mucho para que se de cuenta de lo tonto que es,
de lo infeliz
Lo han visto disfrazado en la Lecuna de metropolitano
Y en Irak llevaba puesto un uniforme de soldado Norteamericano
Cuando toca con suerte se disfraza de periodista de CNN
O de presidente latinoamericano de centroderecha
Pero el muy tonto se deja atrapar todos los años
Y la gente de los caseríos y barriadas lo sientan en una silla
Y hasta le leen su testamento
Voy a llevar a mi hija y a mis sobrinos para que vean los juegos artificiales esta tarde
Comeremos helados y en mi interior rezaré
Para que el fuego que emerge de sus ruinas
Extinga su sombra.
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