martes, 17 de abril de 2012

Cáncamo de Marco


Cáncamo de Marco
el viaje al origen del afecto *

 
Era la feria del libro capítulo Mérida del año 2008, llegué invitado por el Instituto de Cultura del Estado, para leer en un homenaje a William Osuna que acababa de recibir el premio nacional de literatura. El lugar de encuentro fue La Casa Voce y entre los poetas invitados estabamos Benito Mieses, Stephen Marsh, Yuri Patiño, Rodolfo Quintero Noguera, Karelyn Buenaño, Hermes Vargas, Julio Valderrey y el Poeta homenajeado.
 
Junto a ese grupo de poetas un novel poeta, desconocido para muchos pero con mucho camino recorrido en otros continentes, sobre todo en la extinta URSS específicamente en la ciudad de Moscú y en la ex- Yugoslavia, Marco Aurelio Rodriguez, tuvo la oportunidad de compartir sus poemas con el grupo de personas que nos dimos cita convocados por ese homenaje permanente a la palabra. Su lectura esa noche se centró en poemas que dibujaban sus impresiones sobre esas tierras y el sentimiento de su estadía en la unión soviética.
 
Los Poemas de Moscú se quedaron en mi memoria resonando como colgados en el clavito de sal que recoge el poeta en su imaginario, regalándonos la lectura de una Moscú, enternecedora, sutil, dulce y nostálgica.

El poeta y yo iniciaríamos una amistad soportada en la palabra, en el poema y en el espíritu de dar a conocer sus textos que hasta ese momento formaban parte de un cuaderno íntimo que el poeta no se decidía a mostrar con suficiente fuerza.

Volver de la Unión Soviética a Venezuela después de tantos años acercó al poeta a un país que como bien lo señala, le tocó reconquistar. pero por otra parte el poeta sentía la necesidad de que este país lo reconquiste. Y en esa batalla de sueños, de cantos, y de silencios el poeta logró desempolvar toda una memoria poética recogida desde sus inicios como estudiante en Moscú, como residente y estudiante en Yugoslavia y como comunicador y creativo en esta su patria que lo recibió, no sin antes ponerle los obstáculos, con los que suele encontrarse quien luego de una ausencia postergada, regresa a su país a reencontrarse con su verdad, con su esencia, con sus viejos amigos y enemigos, con su realidad.

En ese oficio constante con la escritura, Marco Aurelio lograr concebir dos libros que recogen la experiencia cosechada durante mas de treinta años de vida. Movido por el impulso de un movimiento editorial que se desarrolla en el país siente la seguridad para mostrarlo sin el temor de ser rechazado, cuestionado, ni etiquetado por espacios y empresas que convirtieron en fantasma el riesgo de publicar autores inéditos sobretodo en el género poesía. Hoy el impulso de iniciativas novedosas revolucionarias y alternativas tiende puentes a Marco Aurelio para poder dejar de manifiesto su testimonio poético de vida y su apuesta a contribuir desde sus poemas a enriquecer, oxigenar y hacer lucir el lenguaje.
Cáncamo el libro que nos convoca esta compuesto por una serie de poemas cargados de una lírica de sumo peso que se mueve entre las aguas del deseo, la soledad, la memoria y una cercanía constante con la muerte.

Como en Rene Char, Marco Aurelio apuesta a la brevedad y logra simplificar en pequeños criptogramas un sumo de imágenes que hacen estallar el ensueño

A estas altas horas de tu espalda,
sólo me quedan los celos.

La magia de las palabras para hechizar y desbordar pasiones se juntan como amarras de hilos conductores que siempre terminan girando entre dos temas universales que por dialéctica poética se confrontan: la vida y la muerte; el amor y el despecho; la victoria y la derrota
 
Todo esto se congrega en un cáncamo de resonancias donde el poeta, cual barca que navega en el tiempo, va dejando testimonio de un tiempo vivido que ha logrado transitar por diversidad de rutas marinas, terrestres y espirituales, por la senda de sueños postergados, de profundas desilusiones y de cierto dolor marcado por una nostalgia infinita que no hace mella sino que revive el espíritu del poeta para sobreponerse de la muerte, del dolor, del destierro y tener la fortaleza de ofrecer el corazón, la palabra y el silencio, cargados de una compañía imponente, a todo aquel a quien guarda en sus afectos.



Cáncamo es un canto a los territorios del duelo y la desolación como respuesta natural frente a la muerte
Qué fácil hubiera sido
que siguieras vivo. …

Piénsalo,
anda
y ahórranos el rato.”

Es un libro donde la seducción también se amarra para desde el sortilegio de la palabra hacerse sentir en el oído femenino que desea ser conquistado por el poema

Confieso
que he visto estrellas
en tus dedos”
Tu cuerpo
es la tierra
que habito”

Ante el desamor, la desilusión o el desconcierto, el poeta apuesta a una espera que es victoria en el poema la desolación es vencida por la acción implícita en el verso que logra deshacer todo dolor y abrir caminos en la barca del lenguajes para pescar 
 
Me sacó el corazón
de los caminos
torcidos.”

Para el poeta el amor es previo al aliento iniciático que da vida a todas las cosas. Es el génesis de todo testimonio de existencia. Es el estado donde se originan el bien y el mal. Desde él se dibuja la rosa de los vientos que dicta los rumbos del afecto

Antes de la brisa
está el amor.”

Marco Aurelio es una barca y su libro Cáncamo reúne las amarras de gran parte de los sentimientos originarios que constituyen la condición humana. Navegar estas paginas atados a una extensa gama de sentimientos hacen de este libro testimonio lírico y aporte puntual a la voz delicada y gentil que forma parte de la inmensa gama de tonos que conforman a la poesía universal 
 
El vodka, el canto de la balalaica, las lecturas de Bulgakov, Dostoievski, la experiencia viva de La Guayra y el recuedo de Yugoslavia viajan atados a este Cáncamo que hoy ofrece a nosotros, para atar los cabos de un ensueño que desde ya nos lleva a navegar por toda la poesía

José Javier Sánchez

Torres del Silencio, 6 de julio de 2011

* Prólogo del libro  "Cáncamo" de Marco Aurelio Rodríguez, Editorial la Mancha. (2012)

 

2 comentarios:

  1. El poeta empuña la poesía para sostenerse, tal como lo afirma José Javier en este prólogo "ofrece el corazón, la palabra y el silencio". La firmeza de Cáncamo es un grito que vence el vaivén sin rumbo de la existencia, hacia la sorpresa del amor, de la vida, del otro.
    Qué desea enarbolar el poeta? Qué me invita a ondear en mi andar? Quizá no haya intención en el poeta. Quizá sea invención mia preguntar sus íntimos propósitos. Ese es el lenguaje poético.
    Celebremos entonces, Salud Poeta!!!

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  2. Ese es el prólogo que cualquier libro debe tener, ese que te invita a introducirte páginas adentro, tinta adentro, palabras adentro, ese que te da la mano y te hace sentir que lo que sigue es más de lo que esperabas de un libro.
    José Javier sabe como tomarte de la mano guiarte y entregarle tu mano al autor para que recorras ese mundo que te brinda la imagen hecha palabra.
    Excelente el libro un saludo a Martco Aurelio y otro a José Javier, quien nos abrió una puerta llamada "Cáncamo"
    ¡viva la poesía!

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