CADÁVER EXQUISITO
Una
línea de luz delgada, incandescente
largamente presentida
se erige.
Hanni
Ossott
Como
el sonido de una guitarra dirigido al oído de mil sirenas...
y
se transforma en abstractas curvas efímeras Lánguido, vacío, sin
presente y todo para el recuerdo todos reclaman atención y él
prefiere permanecer así, en la penumbra.
Mi
docilidad es una carga de sangre en las alas, una estampida en la
llanura, un abrazo de espinos en tus dos mejillas.
La
luz hace estallar la mancha de la sombra ahogando de día oscuro a
las hormigas
encorvada
en los espacios
su
espacio,
dobleces
de partículas agitadas por el medio
no
importa a veces rectas o curvas
no
importa
su
principio es el fin de lo que veo.
Dejó
su fragancia luego del golpe de luz directo en su ser flameante y
luminoso.
En
el corazón de una langosta, mientras languidece de angustia el alma
doble de los escarabajos.
Rayo
que apunta a tu brecha siempre vehemente y en flagrante olvido.
Irradia
al ritmo de las agujas del reloj mientras suspende mi alma la luz que
trae, que lleva imágenes primas que las eleva, que las refleja.
Como
hilo dorado que bordea los algodones de azúcar que se comen mis ojos
en el parque de la esquina.
En
el camino de la diosa del amor
El
rayo enceguece la pupila que presintió la luz como latido del día.
Caen
destellos como gotitas tornasoles en la algarabía de un sentir
imprudente, inoportuno.
Centellas
chispeantes envueltas en el externo arco iris de mis amaneceres
hechos ocaso.
Elaborado por los integrantes del Taller de Poesía de Monte Avila
Editores Latinoamericana, el día viernes 13 de octubre de 2017,
reunidos José Javier Sánchez, Arturo Sosa Leal, Arlette Valenotti,
Jesús Espitia, Ismael León, Lourdes Prieto, Ivonne Thompson,
Jéssica Álvarez, Ysbenitz Álvarez, William Guillén, Alejandro
Indriago, Carmen Hinestroza, Lenin Bellorín y María Eugenia Inojosa
A.
Lugar; de encuentro: Santa Mónica,
Caracas.