Imagen: Nazareno motorizado
De: David Dávila
Semana Santa
El loro de la fortuna lo sacó en un papel de su baúl/
y se lo dió a la niña
y allí la suerte quedó echada
La niña se perdió entre las multitudes
y salimos con camisón añil
a desandar este valle de lágrimas
Ungüentos de aceites recorren nuestras várices
el sahumerio lo impregna todo
hileras de ranchos asemejan palacios romanos
tiempos de pasión
Culebras ahogadas en alcohol
parecen escapar
para engüir el silencio de los que se creen culpables
Cada año lloramos el vía crucis
caemos tres veces
colocamos siempre la otra mejilla
y el amor nos corona de espinas
y la vida nos azota en la columna
y la esperanza nos trae un manto sin verónicas
Son sólo tres clavos
para tanta energía disparada
Nos elevamos en cruz como quien se eleva a la muerte
no sabemos de los tres cual es mas delincuente o cual mas santo
bebemos el vinagre
y todo se hace tinieblas
Siempre nuestra madre llorando a nuestros pies
a pesar de que seamos horrorosos ruines miserables
y la vemos como espíritu frágil
porque nuestro ego no nos deja ver su fortaleza
Por eso no podemos líbranos de esta cruz
que es el mayor sacrificio a nuestro ego
De seguro no seremos recordados por los siglos
Sólo nos salvamos en esta semana mayor
por el milagro de resucitar en el silencio
en la humildad del abrazo compartido
del pan cortado en trozos para todos
de las semillas regadas para que la tierra se alimente
sin recado fatal
sin la apetencia de ser reconocidos
solo nos salvamos en esta semana mayor
si logramos
curtirnos
con la verdadera humildad
de eso
que significa ser iguales
José Javier Sánchez
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