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Antimanifiesto
para
un
Irreverente
Roger Herrera Ribas
Fotografía de: Orlando Monteleone
tomada de: http://omonteleone.wix.com/photography#!untitled/zoom/cka2/image1fs6
Roger
Herrera
Ribas
no
es
un
poeta,
no
es
un
artista
plástico,
no
es
un
actor.
No
es
un
padre
que
cabalga
con
sus
hijos,
sobre
un
arcos
iris
de
esperanzas,
para
construir
la
vida.
No
es
el
filo
de
una
navaja.
No
es
su
propia
imagen
reflejada
en
una
pantalla
de
cine,
representando
a
un
chamán,
a
un
sicario,
a
un prócer
de
la
independencia.
No
es
un
profesor
universitario
que
hace
de
las
aulas
de
clase,
un
escenario
teatral,
poético,
circense.
Es
incapaz
de
dar
clase
a
madres
adolescentes,
a
maricas
desdentadas,
a
jóvenes
ansiosos
de
aportarse
un
grano
de
arena
para
salir
de
la
ignorancia.
No
es
un
hombre
que
transita
por
las
escalinatas
de
San
Agustín
a
altas
horas
de
la
noche
para
encontrarse
con
los
más
bajos
signos
de
la
calle,
que
se
realzan
en
una
sinfonía
de
disparos,
arrebatones,
sexo,
y
madrugada.
No
es
el
promotor
cultural
que
viaja
a
los
pueblos
mas
recónditos
de
la
provincia,
sin
viáticos,
ni
privilegios,
a
dictar
cátedras
de
teatro,
y/o
poesía.
Por
ninguna
razón
riega
semillas
por
todo
el
país
para
que
se
generen
procesos
culturales
que
terminarán
excluyéndolo.
Roger
Herrera
no
es
ese
que
liga
el
Jazz,
la
Salsa
Brava,
el
Joropo
Tuyero,
con
toda
la
música
que
hierve
en
su
sangre.
Roger
no
es
el
buen
amigo
que
sabe
de
tus
limites
y
no
te
pregunta,
te
apoya.
No
es
el
artesano
del
verbo
que
en
un
poema
dialoga
con
T.S.
Eliot,
Rimbaud,
Heidegger,
Juan
Calzadilla.
Roger
no
es
el
escritor
que
desintegra
el
lenguaje,
lo
hace
polvo
y
después
en
un
amasijo
humedecido
por
su
aliento,
amalgama
expresiones
que
integra
en
un
perfomance
de
imágenes
caleidoscópicas,
de
las
cuales
fluyen
haikus,
elegías,
odas,
manifiestos,
murales,
oraciones.
Jamás
reescribe
su
poema
infinidad
de
veces
en
una
maquina
Remington
antes
de
velarlo
a
los
lectores.
En
su
poesía
no
es
capaz
de
desatar
pasiones,
de
revolverte
el
espíritu,
de
hacer
estallar
tus
vísceras,
de
hacerte
ir
a
la
búsqueda
de
otros
poetas,
otros
poemas,
otras
lecturas,
que
calmen
la
furia
que
significa
leerlo.
Sus
poemas
no
te
invitan
a
escuchar
a
John
Lee
Hooker,
a
cantar
un
blue
en
un
vagón
del
metro,
a
destilar
un
buen
cocuy,
una
copa
de
vino,
un
tercio,
un
michecito,
a
orinarte
en
la
puerta
de
una
jefatura.
La
grafía
de
sus
poemas
y
su
composición,
en
nada
se
parecen
a
su
trabajo
como
artista
plástico;
leerlo,
ver
sus
cuadros,
no
representa
una
novedad,
una
apuesta,
un
aporte
a
las
formas
estéticas
de
la
poesía
y
de
la
plástica.
Él
no
estudio
en
la
escuela
de
Arte
Visuales
“Cristóbal
Rojas”
ni
es
licenciado
en
Teatro
del
Instituto
Universitario
de
Teatro,
hoy
Unearte
y
no
es
cierto
que
sea
Profesor
de
la
UBV
en
el
estado
Barinas.
A
Roger
Herrera
no
lo
quiere
nadie
en
este
país.
El
no
quiere
a
su
madre,
ni
quizo
a
su
hermano
Jaime
ni
a
la
familia
Lucena.
Nunca
en
su
vida
Roger
Herrera
se
nutrió
del
espíritu
de
Antonin
Artaud,
tampoco
es
cierto
que
en
sus
mocedades
fuera
un
lector
asiduo
de
Bukowsky.
Es
falso
que
fue
un
gran
amigo
del
maestro
Guillermo
Abdala
que
compartió
con
él,
su
pasión
por
la
plástica
y
por
la
palabra.
Es
mentira
que
Juan
Calzadilla
y
él
se
respeten
en
la
poesía,
en
la
pintura,
que
se
escriban,
que
dialoguen,
que
beban
de
la
misma
copa
donde
bebieron
Eros, Baco
y
Dionisio.
Este
poeta
nunca
como
artista
plástico
o
poeta
ha
desafiado
a
los
poderes
de
la
Iglesia
Católica.
Es
falso
que
sus
amigos
lo
quieran
y
lo
respeten
y
que
muchas
mujeres
lo
amen
con
la
ternura
de
las
vírgenes.
Por
eso
te
digo
a
ti
que
no
eres
lector
de
poesía,
no
lo
leas,
no
te
atrevas
a
leerlo,
te
lo
prohibo.
El
infierno
esta
apartado
para
él,
y
para
otros
que
como
él,
inundan
con
sus
aullidos
la
noche
de
Caracas,
y
revientan
las
corrientes
del
Capanaparo.
El
ruido
metálico,
elástico,
vítreo,
afilado,
de
sus
poemas
te
cortaran
el
aire.
No
te
permitas
leer
esta
breve
selección
de
su
obra
poética,
que
de
seguro
no
la
escribió
él,
así
como
tampoco
debió
escribir
sus
ensayos
sobre
literatura
y
teatro,
ni
su
obra
de
dramaturgia.
No
queda
mas
nada
que
decirte
apreciado
lector,
corre,
huye
de
este
extraño
ser
grandilocuente.
Sálvate,
no
léas
esta
selección,
ni
sus
libros
y
si
puedes
llévame
contigo.
Amor propio
No bebo con hombres que no respete
Es mi poética, y a partir de este
momento
No gasto bengalas en falsos circos
Ni procesiones en viudos muertos.
Que me ponga a prueba la existencia
Denme un tenor.
Una lira
Y un vino grueso
Y rojo como la lava
No aquerencio a falsos leguleyos
No acepto en mi mesa la vendimia
vestida
De efebo
Ni parnasos
Ni maricas
Ni viejos fofos del infierno
Solo quiero carmelitas viandantes del
tableaux; hombres rudos de hacer,
Y del verso
gente de a de veras
No muertos
Que hacen sus muecas como títeres de
hueso
No bebo y no obligo
Me mantengo fuera de las mesas
Y en mi vino no acepto una mustia
Presencia hostil
O resurrectos
Harto estoy de los comedidos burócratas
y tinteros
Harto de parlanchines que su vida no
arriesgaron
Ni en jergas ni en castillas ni en
lances ni en damillas
No bebo con hombres que no respeto
Para ahorrarme escupir sobre sus yelmos
Tristes, pobres hombres vueltos nada,
Hechos miedo
(De: Octubre Rojo)
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Ciudad
Sin identidad
he olvidado mi número
la puesta en escena de mis odres.
Requisitos para habitar este hastío
desmedido
sed para los pájaros del miedo
alimento a los canes biformes…
Veo subir grandes taras a los postes de
luz
graznan las bocas en las casas
Asumen los gusanos la pezuña y el pico
o enarbolan garras a los sin fortuna
que quisieron decir e incriminaron el
resto.
Convalece entonces la ciudad, les azota
la peste
de la lengua, -las mismas se arrastran-
undosas en la sed, relatan el epos del
cives.
En el deceso de los autos, las máquinas
vomitan
Silogismos en el crimen puro del efebo.
Celebrado en los mástiles de luz,
enhebrado en
sus abismos a negros, ciertas aves
tejen el destino
se auspicia un coro de cuervos.
(De: El Lenguaje de los Dioses)
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Arábigo
Un niño
Atesora
en el Tigris
(su lágrima de ojal)
Él sabe de Ulises,
Nabucodonosor
Conoce a al Fayad
el tejedor
Que pescó la
tristeza
En la margen
dorada del sueño
(De: 70 Poetas venezolanos en
solidaridad…)
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Humilde
imitación al ars poética
De Ramón Palomares
a mis hijos Roger
Cristóbal y Lorena
Isabel, paridos de una
Gocha
Gallito de Burbusay
Llévate a Roger Cristóbal
Y a Lorena Isabel para Pam Pam,
Llévatelos lejos en tu chorro de luz
que semeja un violín; anda con mis
crías
en el lomo de una nube,
no te avergüences gallito
de ser la voz de los vientos
de tener el vellocino en tu guargüero
y tejer de melodías madrugadas hacer
llover la luna
como quien llueve un anhelo
llévate mis hijos bajo la llovizna
en la niebla pesada de los párpados
Purpúreo alado
que trovó pico `e gema
como Homero
como mano Ramón, el poeta del pueblo
o mano Leoncio o mano Javier.
¡Que canten transparente como el
miche!
¡Susciten los fuegos
tus garúas y luceros!
(aguacero de arena tus desuelos)
Jondo y claro al origen y a la ruta de
los bardos
donde Dios es el viento…
(De: Octubre Rojo)
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POETAS DE RIVER SIDE
a Ximena Benítez
Nosotros los poetas de esta canina
ciudad
hecha de cemento y porquerías
también tenemos una flor en el ojal
del sombrero
para decirle “ adiós” a las
muchachas y cernir la lluvia
papelillo íntimo y nube donde aferró
mi caída...
Toco el sax para refrendarle a Dios
nuestra inmanencia
Interpreto en la burbuja la confesión
a la celosía
parir cada moneda tras el bravo ardor
del girasol
giraflor y pena
boa dormitada en el chimó
en el limbo la palabra hace la suerte
del alambre se despeja y
anonadada pasa por el ojo de una aguja,
líquida, virtual
insólita al compás de un mambo hace
dirimir los loros y su peste
leguleya;
hace fluir la onda del cristiano río y
su locura bautismal
Fluir
Fluir
marchan las hormonas
y los gatos
en River Side.
Ángel
cada ópalo
cada pepa de zamuro
nos remite a la suerte
nos proponen medallitas en la batalla
diaria
“ te nombro soldadito de plomo, en la
esquina Vanidad
encontrarás
a tu sombra”- y, te exhortará al
rito de los gallos-
Tú dirás “no quiero”
El vendrá a perderte.
Vivimos en enormes cajas,
transparentes, translúcidas, prístinas
azogadas; ubicuidad del despertar;
inanidad del vivir.
Invisibles gusanos que comen del poema
Allí en el gran vidrio irreal somos su
probetas...
ejército de ciegos
músicos desprovistos de orejas
original manera de pelear
pretender el intercambio
Muelas partidas por nostalgias
Ratones por cápsulas de odio y nubes
de alquitrán donde alquilan
miembros
e instrumentos fallidos para insinuar
el pecado
expedito en la oración
Orar avivar la noche
lo que resta de la bala
el filo del loro
los estigmas y la cruz oxidada en cada
rezo
Rezo
es hora de ponerme la escafandra es
menester
ver arder la bola de agua
transcribir otros mundos en el mío
microscópico y feral
como mi padre que yace entre mis manos
ahogado en el polvo
áureo y cenizas de laurel. Padre mío
que en el agua abundas
omnímodo como un pez
que me das de comer y beber y sádico
me besas donde está mi
vieja pena
los senos nocturnos y la leche de fuego
que abrazó los óleos de
Van Gogh
los insutos estelares el miedo
disfrazado en las navajas las eternas
violaciones
vieja mía resurrecta después de la
caída abisal postín terquedad
de seda.
II
Enhorabuena la araña se desnuda
temo en cada hilo soñado
mi vieja perdida en los espejos del
loco
Flor de loto que fuiste Tártago, bruma
de la rabia
¿Dónde están las hormigas, los
denarios de Judas, la peste del
manto,
el pecado olvidado en cada pan?
Calle
lengua pegajosa que luces el lastre del
viaje
los poros del navío
Ulises duerme en un camarote de libros
y el sabio recoge chapas
y orificios; vende orejas y marices
largas ¿Quién quiere lumbre
en
su hogar?, ¿velas para la solana?
Maldita costumbre de pedir sin dar es
un acto mezquino
si brilla moneda menoscaba el canto
si lloro de aleluya inquiero en la
desidia
si uso charoles excuso la bondad de los
perros
si hago acopio de mis dudas no pensaría
ante el retrete
si recupero un sombrero los felinos
felpan mi memoria
si escribo poemitas me ven gaseosa como
una rosa
si me peino aniquilo el porvenir de los
calvos
si tengo amigos soy homo sax-piens
si con amigas me revuelco bien nacido
decorado como el oro del
estiércol
VELAS
Velas
velas...
No vuelvas esa página del libro
arráncala
limpia tus zapatos al llegar a casa,
así sea ella un cartón cálido
para
guardar verduras, ama las verduras y
pronúnciales su nombre tan
correctamente como puedas; debes
abrigar tu corazón con cada
diario o matutino mal hablado de esta
Villa de bombillos tuertos;
ven no te hagas esperar nosotros los
locos del camino hemos
bien dicho de tu árbol, ven ahora que
las avispas danzan salobres
este atardecer de bullas y disparos;
eclipses de semáforos; aguas
desbordadas en la ola de la calle que
avanza y ladra para abrazarte.
(De. Elegías a Wolfing)
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Creo
en la lealtad de los perros
en la humedad, el pasto y la ira
de los santos que de golpes de pecho
se han hecho salivales
hacendosos
e
indulgentes
No me explico a los borrachos
arrebatando auroras
a las barbas de un bisoño
adolecen los parias de un
mendrugo
e hilan metálicos
biombos con el oro de
sus uñas
Creo en el descaro de obtener lo
necesario
del bocado o de la pipa
Pipa mía simple como el humo de los
trenes
en un tiempo donde los loros alzaban la
patica y
hablaban de la suerte; casatorios de
animales;
circos y destrezas invadían esta Villa
ahogada de
bucares y muchachas en tirabuzones...
Letra de mis adentros hazme confesar en
la oración
¡ Anúnciame!
Las cayenas del olvido
Cucaracheros afinando el tono para
vocalizar
a Billo's
botón de la tarde que besa los ojales
y presume tornos en las aguas sinuosas del Anauco
¡De Guayre se antoja y de jobos media luna!
arpegios de Calcaño insinúan un vals a los burros
en la edad del estío me provoca llorar por
un mariachi gargarean las cotorras y una
pulga es a mis instinto la sonata sobre
“El claro de la luna” cuando confieso mi fe...
(De. Elegías a Wolfing)
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