viernes, 25 de septiembre de 2015

"El Chino" Victor Valera Mora en tus 80 años más vivo que nunca







"El Chino" Víctor Valera Mora en tus 80 años más vivo que nunca

Hace 80 años viniste a este mundo desde Valera, un pueblo del estado Trujillo, una tierra de poetas, un territorio donde la poesía clásica, telúrica, vanguardista, costumbrista, junto al surrealismo, dibujaba la poesía de nuestro siglo XX.

Hablar de ti en tus 80 años, implica celebrar todos los testimonios sobre tu vida dejados en el papel, desde la pluma de Earle Herrera, Gabriel Jiménez Emán, Carlos Noguera. Es celebrar cada historia contada desde el amor, el desenfado, el humor, la grandilocuencia del Catire Hernández de Jesús.  Pero lo mejor de hablar de ti es recordar cómo te conocí. 

Estando en una plaza pública de esta ciudad de Caracas, con dieciseis años a cuestas, conocí a una chica de cabellos rubios como tu chica de la facultad de Farmacia. Ella te había leído en la Central, en tierra de nadie, en el pasillo de Ingeniería, en Sierra Maestra. Me habló de ti con tanta propiedad con tanta magia que me enamoré de esa muchacha y le mentí al decirle que claro que te conocía. Amanecí de Bala, pensé en ese momento, debe ser un tratado comunista de la guerra hecho verso y comencé a buscarte por todas partes.

El viejo José Félix el Malo, el conejo, trabajaba en reproducción de Cesap. Fui a buscarlo a él y claro que él te conocía, te leía y te divulgaba.  Me dio Amanecí de Bala, tu poema, reproducido clandestinamente en un multígrafo. Allí supe que los discursos de las revoluciones estaban cargados de amor y allí comencé el camino para beberte, para leerte para  colectivizarte.

Luego la negra, Aracelis García, me habló de ti, tiempo después, cuando coincidimos en un club de Novela que ella gerenciaba para el Banco del Libro en Altamira. Ellos te leían no allí sino en su centro de operaciones en Antímano y Carapita, en las tertulias de su grupo La Esquina del Callejón. 

Contigo descubrí que leer a Marx estaba bien muy bien todo arisco, pero si tu lectura no acompañaba esas discusiones de las tres fuentes y tres partes integrantes del Marxismo, la revolución era vodka puro bajo una nevada en Cracovia.

Tu palabra implica un compromiso político con la izquierda, con la lucha armada, con las revoluciones y tu relación con el amor nos exige contemplar a la mujer después del sexo para celebrar el amor compartido, el que se genera luego del orgasmo, el que celebra que ella camine, se bañe, se fume un cigarro, y gire el grifo para tomar una ducha que le devuelva la normalidad necesaria para resistir esta sociedad.

Tu eres el padre del Desenfado en nuestra poesía, te sueño leyendo en una plaza junto a Lydda Franco Farías, toda tu poesía.

Tu gran Manifiesto, Maseratti tres litros, nos conecta con la vanguardia Latinoamericana, con las ars poéticas de la poesía escritas en nuestro idioma, su ritmo acelerado, como una carrera de fórmula uno, pero también como los movimientos sociales y culturales de tu época. Es triste saber que aún te leemos tan mal. Que no estás en el imaginario de todo el país ni del continente

El callejón de la puñalada tiene tu huella, tu espíritu y tu aliento, así lo quieran invisibilizar con otras rutinas. Hasta alli tambien me fui a beberte varias noches, con William Osuna y Hector Seijas,  Gabriel Jiménez Emán y el Viejo Andrés Mejía, Miguel Marquez y Carlos Duque, puros muchachos buena conducta que aspiramos encontrarte en el sorbo de un tercio y en la lectura de tus poemas en voz alta. 

Recuerdo con alegría una noche de fiesta en la casa de mis amigos Raquel Ortiz y su esposo Sarino, músico de la Orquesta Típica Nacional, que conocí a dos de tus hijos y a tu ex esposa. Tu hija canto esa noche Boleros y hablamos de ti un buen rato. Estar ceca de ellos me permitió de una u otra forma acercarme al Chino Padre, Esposo, recuerdo que en tu hija descubrí tu mirada, tantas veces registrada por los lentes de Vasco Szinétar y el Catire Hernández de Jesús.

Hoy recuerdo también cuando fui a casa de Carmencita Martínez en Chacao y supe que pernotabas en su casa en una época con cierta frecuencia. Estar en su casa me acercaba  a ti a tu presencia. 

Allí supe de tu partida física, de tus últimos días, de esa tristeza que pretendía emboscarte,  y que muy bien dibujaste en los últimos textos de tu libro póstumo Del ridículo arte de componer poesía

Espero haber contribuido en esta época a curar tu tristeza. Hoy la poesía se ha vuelto acto público, celebración y también batalla, tus designios  se cumplen de una u otra forma en nuestras calles y nadie puede negar tu existencia en tus 80, Hoy te leemos en todo el país Chino este más vivo que nunca.







AMANECÍ DE BALA

Amanecí de bala
amanecí bien magníficamente bien todo arisco
hoy no cambio un segundo de mi vida por una bandera roja
mi vida toda la cambiaría por la cabellera de esa mujer
alta y rubia cuando vaya a la Facultad de Farmacia se lo diré
seguro que se lo diré asunto mío amanecer así
esta mañana cuando abrí las puertas con la primera ráfaga
alborotando tumbando todo entraron a mis pulmones
los otros poetas de la Pandilla de Lautréamont
grandes señores tolerados a duras penas por sus mujeres
al más frenético le pregunto por su libro vagancia city
como me gusta complicar a mis amigos los vivo nombrando
el diablo no me llevará a mí solo
ella antiguamente se llamaba Frida y estaba residenciada en Baviera
en una casa de grandes rocas levantadas por su amante vikingo
sus locuras en el mar de los sargazos
hay sol hasta la madrugada y creo que jamás moriré
sin embargo deseo que este día me sobreviva
soy desmesurado o excesivo y no doy consejos a nadie
pero hoy veo más claro que nunca y quiero que los demás participen
hermoso día me enalteces desenfrenada alegría
no tengo comercio con la muerte no le temo
llevo en la sangre la vida de cada día soy de este mundo
bueno como un niño implacable como un niño
guardo una fidelidad de hierro a los sueños de mi infancia
en este punto soy socrático él y yo elevamos volantines
restituimos la edad de oro el “qué habrá” al final del arco suspendido
ahora mismo se está mudando un río
hoy una morena de belleza agresiva me dijo pero si estás lindo
entonces yo le dije acaso no sucede cada dos mil años pierdo el hilo
día de advenimiento de locos combates de amor a altas temperaturas
desnudos nos hundimos en las agua del mismo río

……………..


OFICIO PURO
Cómo camina una mujer que recién ha hecho el amor
En qué piensa una mujer que recién ha hecho el amor
Cómo ve el rostro de los demás y los demás cómo ven el rostro de ella
De qué color es la piel de una mujer que recién ha hecho el amor
De qué modo se sienta una mujer que recién ha hecho el amor
Saludará a sus amistades
Pensará que en otros países está nevando
Encenderá y consumirá un cigarrillo
Desnuda en el baño dará vuelta
a la llave del agua fría o del agua caliente
Dará vuelta a las dos a la vez
Cómo se arrodilla una mujer que recién ha hecho el amor
Soñará que la felicidad es un viaje por barco
Regresará a la niñez o más allá de la niñez
Cruzará ríos montañas llanuras noches domésticas
Dormirá con el sol sobre los ojos
Amanecerá triste alegre vertiginosa
Bello cuerpo de mujer
que no fue dócil ni amable ni sabio




…………….                



RELACIÓN PARA UN AMOR LLAMADO AMANECER

En la galaxia espiral de andrómeda existe
un florido planeta donde los ríos no ahogan el mar
donde fuego y hielo queman las contradicciones
donde no hay necesidad de regreso
donde 0 x 0 es más que el infinito
donde los puntos cardinales son más de 100 millones
norte y lia sur y símbolo espliego y araceli
miguel y adriana orfeo y atabal cedro y valquiria
misterio y prodigio neón y asfalto rosa ercilia y dionisius
antonio y elena mis pobres padres mis pobres virreyes de indias
mi viaje a europa este y adelfa oeste y clavicordio
donde todos viven en éxtasis
donde nada ni nadie es vil
donde el sol es anillo y ritual de bodas
donde somos ráfagas de luz y nos desplazamos en silbos
un planeta limpio y pulido
donde los enamorados viven en palacios flotantes
donde dios tiene un puesto de revista mal atendido y mata el tiempo hablando del pasado
con buda y mahoma y el vendedor de verduras de la esquina
y la gente ya los conoce y la gente cuando pasa dice
"esos cuatro vagos son panita burda"
donde el hijo de dios y los ángeles del desenfado
beben el aire de las avenidas sobre sus motos trepidantes
donde no hay academias militares ni policías ni cárceles ni monedas
donde somos sabios
donde somos buenos
donde los últimos insidiosos
escaparon por un túnel y cayeron al vacío
astro paradisíaco amado y defendido
por francotiradores y poetas
donde la muerte está de capa caída
donde los hombres son gentiles
donde las mujeres son ramos de jacintos
de labios y de ojos cambiantes de colores
un astro moderato cantabile
donde la noche es vino y alegría hasta el amanecer
su capital es una ciudad resplandeciente llamada estefanía
donde tú tienes señorío
donde eres reina
ese planeta es mi corazón errante.


……………..


MASSERATTI 3 LITROS

A seiscientos kilómetros por hora cuestiono todo
no tengo paz ni sosiego y digo cuestiono todo
me dejo llevar me gusta cuando me sucede
el animal que soy sobre las catedrales husmeando
mi desmedido desenfado mi boca salvaje
cerrando y abriendo puertas espantosas
la micromáquina filmadora de sueños
una escalera una antorcha para quemar la nueva Babilonia
desde arriba y desde abajo asalto el círculo
esta noche dormiré en los tejados para no comprometer a nadie
de paso me orino en el parque de los escritores
nos conducimos por dentro y por fuera
enero sin suéter cuello de tortuga es conflictivo
nada cae por su propio peso menos la desdicha
a esta velocidad soy el único que ha visto lo lejos y lo inmediato del desorden
conozco tales deidades que me da risa
entonces he aqui al hombre que no tenia sombrero y necesitaba
trabajar con sombrero y salió a la calle con su mujer desnuda
sobre su cabeza y en la parada del carrito por puesto encontró a su amigo
del alma y éste le preguntó
-“Esa no es Eloísa” y el le dijo
-“Sí pero no creo que se note mucho” y el amigo del alma le respondió
-“Bueno la verdad que regular”
y cuando entró a la oficina se armó la grande y después
se hizo costumbre y a cierta distancia de tiempo
mandó a hacerle algunas reparaciones en aquellos lugares
donde se hacen hebillas y se componen sombreros y se la forraron
toda por dentro con tafetán rojo y le rodearon la cintura
con una cinta brillante
y no diga usted adornada con plumas de aves exóticas
porque el asunto es serio si lo sabré yo era tanta la necesidad
que se olvidó
y dejó a su mujer colgada de un clavito y se fue
y como todo alucinado que se estima no tengo remedio
lo que aún no hemos visto no es un cementerio de elefantes
ni un buque fantasma ni la consagración de la primavera
lo mío es un masseratti 3 litros
una potente máquina
una agonía de turbinas
mejor si trae consigo los sonetos a Orfeo
qué tiempo lleva escribir un gran poema
inscribirlo después en el grand prix de la posteridad
allá los que se desviven para que el tiempo no los mate
yo me pongo mi chaqueta al revés me voy silbando
miren que dije chaqueta
y dije camisa de fuerza y dije insulina y dije metrasol
pero no miren que no dije terapia ocupacional ni gallo tuerto
lo que aún no se ha visto no son mis celos rabiosos
ni los manuales de econometría para gerentes de empresas
hacen falta barras de dirección y puntas de ejes
alto octanaje y ácido de batería
yo le decía a Cecilia que ningún mundo de agua
era obstáculo para esas largas y bellas piernas suyas
hacen falta tuercas y tornillos rosca fina
despejados platinos y cigüeñales resistentes
al frío con los académicos comedores de ortigas
ahora es que va a dar guerra el Che
necesitamos vestirnos de monte
insurgentes o muertos sin memorias
trágame con cerveza amor mío soy una ostra
sangre de mi sangre
amor bajo el inventario de tus ojos
amor sin comprender que dos bastan para la cercanía
amor tienes que arreglar los papeles menos extraños
y tomar el avión en las estaciones del paraíso perdido
amor a quien miro con el sol derecho volar sin retorno
en el viento soluble
el viejo Orígenes consideraba
que entraríamos rodando en forma esférica
otro es mi problema para qué la poesía
todos los yanquis son unos hijos de puta
hay que matarlos donde estén
no puedo vivir sin conflicto
esta mañana amanecí locamente enamorado de Corea del Norte
yo quiero un estallido atómico
demasiado hemos trabajado para los dioses
en el resplandor del hongo haremos que trabajen ellos
más veloz tiro la casa por la ventana
el sabio penalista dice que el verbo hacer es ilimitado
podemos cantar bailar escribir leer
y también robar estafar violar ofender
en eso estamos hijos míos
yo convierto a las mujeres en armas de guerra
luego ellas deciden vertiginosamente
el comandante entró por las costas del nordeste
mi trago favorito es una parte
de vodka una parte de ginebra una sombra de limón
en este planfleto puedo romperme los dientes
mi vida vale un comino
vorazmente me gustan todas las cosas
mi rostro enloquece en el paisaje
me celebro en la poesía
como quien celebra su boda con un cuchillo
esto fue dicho esto ha sido sostenido
todo el mundo es la ausencia de todo sujeto
estoy sumergido
cuesta bastante mantener un buitre
poder explicar con certeza
cómo el futuro llegará  a vuestras vidas
decir predecir ahondar más hondo
siempre el infinito al desnudo
mi corazón es más luminoso
que todos los soles tragados por la tierra
No iremos al cine a ver la vida del siervo de dios
claro está que nació en isnotú del estado Trujillo
y como uno también es de ese estado
y qué diablos hace este señor aquí
me enerva el chovinismo de gran aldea
¡eh! guerrilleros
el tiempo de los verbos nada importa
según lo que hemos pesado visto y medido
vendrán dias terribles
el que piense llorar como un bendito
que vaya comenzando
yo dentro de la burbuja bailo pata pata
hoy recibí carta de mi amor mi amor está por llegar
escribo palotes porque esta agonía no es de hoy
esta agonía no es ni hija ni patrimonio de las armas liberadas
la muerte venezolana era ya sin nosotros
la muerte boba
la muerte sin papeles sin paga sin reclamo
la muerte arboladura de los poderosos
vieja costumbre mal acostumbrada
descomunal zamuro devorando vivos a los pobres
el orgullo lo que nadie puede negarnos
es la irresistible trascendencia desde nuestras caidas
y la violenta muerte del enemigo
aprendimos a matar salto adelante
hablamos largamente de la hipófisis
ese tirano desconocido sentado en nuestra silla turca
hay que echarlo afuera para que la confusion sea total
el problema es encontrar la puerta llenar el cuarto de agua
aun cuando en ello dejemos el orden el sub-orden la especie
la estancia del viejo linaje
debemos ahondar para seguir
no olviden cruzo el laberinto a seiscientos kilómetros
la raiz cuadrada de un rayo de luz más todos los sueños
estamos desquiciados pero ni esto tenemos de tontos
por eso dije críticamente
lo que aún no se ha visto es el país girar enloquecido
estoy en mi oficio
quién puede descansar en el filo de una hojilla
un barril de pólvora es un barril de pólvora
claro dirán los expertos qué mas puede ser
lo que yo digo es dónde conseguir uno para volar los códigos establecidos
uno se mete en cada lío de miedo esto no da dividendos
vivo en el mismo sitio cúantos querrán verme vestido de madera
hoy somos aire esparcido pero mañana
el hombre dobló la cintura hacia adelante
su ojo izquierdo rodó por tierra sin inmutarse
digo sin inmutarse el hombre no el ojo sería el colmo
luego tomándolo cuidadosamente lo colocó en su sitio
al instante moría de susto estaba al revés se vio por dentro
si quieres historia hazla tú mismo
urgentemente seguimos necesitando barras de dirección
la más radiante noticia de año nuevo
los comandos vietcong toman la ofensiva
desean algo más bien
para un sinfin de personas un pernil de cordero
o de ternera de leche de unos 2 kilogramos y medio
60 dientes de ajo 1 vaso de ron
2 décimas partes de un litro de vino blanco muy dulce
un poco de manteca de cerdo sal y pimienta
si empezamos al amanecer al atardecer el fuego estará listo
alrededor del más terrible tablero de ajedrez
cenarán algo que durante siglos viene rodando
pernil al ajillo a la manera de Heráclito de Efeso
luego vendrán unas truchas al vino rojo el más rojo
servidas bajo el resplandor de nuestras banderas
vivimos en un perenne combate
que cada quien elija su destino
un hombre camina dando y recibiendo golpes
atrás deja la semántica y los deberes ciudadanos
agua y pez al mismo tiempo
destruye lo posible para no ser aniquilado
nos obliga a llevar un vaho de pistolas en la nuca
que nadie duerma tranquilamente
¡oh! ese amor suyo por la guerra de los pueblos
ofendidos considerarán que esto no es un poema
y tienen razón tal ves una canción de cuna
ahora sé que estoy loco por completo
pero se acabó la cantinela se acabó la coba
a partir de mi la palabra es un escalofrío
ahi queda esto
subo y arranco mi potente masseratti 3 litros
rafagueante doy mis sesos contra un muro
después el otro infierno











Víctor Valera Mora (Valera, 27 de septiembre de 1935 - Caracas, 29 de abril de 1984), fue un poeta venezolano perteneciente a la Generación del 58.
En 1951 se residencia junto a sus padres Antonio Isidro Valera y Elena Mora en San Juan de los Morros, donde transcurre su adolescencia. En 1956 obtiene el título de bachiller en filosofía y letras en el liceo Santa María de Caracas. Inicia estudios de Sociología en la UCV donde se gradúa en 1961.
Ese mismo año se realiza una modesta edición artesanal de su primer libro Canción del soldado justo, Ediciones Luxor. Comparte con los poetas Caupolicán Ovalles, Ángel Eduardo Acevedo y Luis Camilo Guevara como miembro de la «Pandilla Lautréamont».
En 1969 se residencia en Mérida, donde trabaja en la Dirección de Cultura de la Universidad de Los Andes. Dos años después, publica Amanecí de bala, con portada del pintor Carlos Contramaestre,  en Impresora Regional Andina. En 1972 aparece Con un pie en el estribo en Ediciones la Draga y el Dragón. En Italia vivió varios años y escribe ahí su último libro, 70 poemas stalinistas. Entre 1974 y 1976 trabaja en la exposición de La Gran Papelería del Mundo.
En 1979 publica 70 0poemas stalinistas, con portada del pintor Mateo Manaure, con el cual gana el Premio de Poesía del Consejo Nacional de la Cultura en 1980. Por cinco años (1976-1981) se desempeña como promotor cultural del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC).
Falleció el 29 de abril de 1984 en la ciudad de Caracas.

Diez años después aparece Del ridículo arte de componer poesía, publicación póstuma que recoge la producción poética de Valera Mora entre 1979 y 1984. En 2002 el Fondo Editorial Fundarte publica sus Obras completas.[1]





Víctor Valera Mora nació en Trujillo el 20 de septiembre de 1935. Es el mejor exponente de ese período de esperanzas en la lucha contra las opresiones sociales y la búsqueda de nuevos sentidos para la vida. Trabajó en la ULA, en el Conac, y en la biblioteca ambulante de los Ovalles, conocida como La gran papelería del mundo. Miembro del Partido Comunista fue puesto en prisión durante las manifestaciones contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1953-1958) a finales de 1957. Junto a Luis Camilo Guevara, Mario Abreu, Pepe Barroeta y Caupolicán Ovalles, el “Chino crea la Pandilla de Lautréamont, en Sabana Grande. La canción del soldado justo (1961) fue su primer libro, al que le siguió , Amanecí de bala (1971), diez años separaban los dos poemarios. 70 poemas estalinistas fue el último libros publicado en vida del poeta. Recibió el Premio Conac de Poesía en 1980. Falleció en Caracas en 1984. [2]




[1] Tomado de https://es.wikipedia.org/wiki/V%C3%ADctor_Valera_Mora
[2] Tomado de http://www.celarg.org.ve/Ingles/Don%20Victor%20Valera%20Mora.htm





martes, 22 de septiembre de 2015

Inicia taller de creación literaria: Tres voces y una época en Andrés Eloy Blanco, Vicente Gerbasi y Juan Liscano
















Inicia taller de creación literaria: 
Tres voces y una época en Andrés Eloy Blanco, 
Vicente Gerbasi y Juan Liscano


21.09.2015. Continuando con la programación que viene realizando la Biblioteca Ayacucho en el marco de la celebración de su 41 aniversario, y con el fin de promover la lectura de las obras literarias más importantes de los clásicos latinoamericanos, este martes iniciará el taller de creación literaria: Tres voces y una época en Andrés Eloy Blanco, Vicente Gerbasi y Juan Liscano.

La actividad estará a cargo del poeta José Javier Sánchez y se realizará en la Casa de la Cultura Simón Rodríguez de Manicomio (La Pastora), desde las 3:00 pm hasta las 5:00 pm, todos los martes, iniciando este 22 de septiembre y finalizando el 13 de octubre.

Este encuentro busca, promover y valorar la obra de los autores presentes en la Biblioteca Ayacucho desde de la apreciación literaria y estimular en los participantes  la expresión escrita como forma de socialización de la lectura y de encuentro entre el hombre y su lenguaje.

La invitación es para aquellas personas que quieran profundizar en el conocimiento de la poesía venezolana y que deseen incursionar en la escritura y lectura poética.

El taller es completamente gratis y al finalizar el taller se entregará un certificado o constancia. Si estás interesad@ envía un correo con tus datos personales (nombres, apellidos, cédula de identidad, dirección) a los siguientes contactos o comunícate a nuestros teléfonos o formaliza tu inscripción el primer día del taller:



Telef: 0212 5633145 / 0212 5616691 / Fax: 0212 564 5643

Duración: 10 horas académicas

Facilitador: José Javier Sánchez

Lugar: Casa de la Cultura Simón Rodríguez de Manicomio. La Pastora

Hora: 3:00 a 5:00 pm

Fecha: Todos los martes del 22 de septiembre al 13 de octubre

Duración: 10 horas. 5 Sesiones. 2 horas semanales




miércoles, 9 de septiembre de 2015

Álcalis una ciudad con nombre de mujer









Álcalis una ciudad con nombre de mujer


“Como me gusta complicar a mis amigos, los vivo nombrando
El diablo no me va a llevar a mi sólo”
Víctor Valera Mora


En Álcalis (2006) la ciudad es bohemia, nocturnidad, melancolía y llanto. Es el sueño que oculto en la faena de obreros, motorizados, secretarias, maestras y asalariados  estalla en la noche, en rededor de un universo que construyen espíritus salidos de callejones, bares y plazas públicas. Es lamento, guaguancó, rockola vibrante, trago recién bebido. La ciudad es neblina de madrugada,  velo del amor, la promiscuidad y la lujuria.

La ciudad es una chica que insiste en que te quedes y la bailes. Es la resistencia a una cultura feligresa de una Iglesia Mayor, desde bares y prostíbulos que adornan una paupérrima avenida. Para ello hay pista, tumbadora y una procesión de callejones que entre bailes de salsa reafirman la vida de los ciudadanos.

William Torrealba (1959) es trovador,  salsero, melómano y sibarita. Hizo su aparición editorial en la antología Ciudad satélite de Caricuao (1985)  propuesta que sumó la voz de poetas del suroeste caraqueño. Con Álcalis resultó ganador del Certamen Mayor de las Artes y Las Letras “Cada día un libro”, publicado por el Ministerio de La Cultura (2006). Luego participó en antologías como:  70 poetas en Solidaridad con Irak, El Líbano y Palestina y Esa Bolera es nuestra. Alto Aliento y Después de la Noche, son dos libros inéditos que pronto verán la luz.

Poeta, Docente y Licenciado en Educación con Post grado en Literatura Venezolana. Participó en el Festival de Poesía de La Habana y en diversas ediciones del Festival Mundial de Poesía de Venezuela.

Italo Calvino en Las ciudades invisibles, describe desde múltiples mujeres una ciudad infinita  y William Torrealba, hace de Álcalis la mujer como ciudad multiplicada en si misma, en avenidas, calles, plazas, que se redimensiona al abordar el amor, la sexualidad, la sensualidad, la existencia, la vida misma.

Álcalis es la dama que nace cada día en el regazo del poeta. Pudo nacer en Caricuao, El Valle, La Pastora o en un callejón de San José, dentro de un Jepp escalando los cerros de La Vega o Carapita. Álcalis tiene las batatas gordas, es de rasgos  Caribe,  morena, de cabello largo y baila con pasión. Con amor desbordado se entrega para hacer de las primeras horas del día, continuidad del baile y el beso madrugador.

Mujer pródiga, grande, el poeta sueña a Álcalis  vestida de novia, o corriendo desnuda en una playa. Se ve con ella atravesando la ciudad de humo, la ciudad metralla. Imagina que lo lee, que duerme con él, que se beben el uno al otro.

Luego del intento de muchos libros, Álcalis es el caleidoscopio que dibuja la visión de la nocturnidad caraqueña y sus bemoles. Fragmento del “Callejón de la puñalada” y muchos de sus personajes. Canto al sueño primitivo del deseo carnal, al deseo hecho ruego,  suplica que se concentra en la ciudad ideal del poeta

“Sé que hay otros reinos
pero en éste
de la ciudad mía habitas tú”[1]

Este libro transcurre en la noche, inmerso en los suburbios de una ciudad que se abre a los cantos de la bohemia, a la danza Caribe de la salsa, al canto de Areta Franklin, al trino de un Saxo en medio del bulevar. El poeta  traza un mapa en el que incluye  la  avenida  Lecuna, la Baralt, la Solano y la  Plaza Oleary  como centro de la metrópolis donde los bares son el espacio para la recreación y el gozo:

“La noche es una ciudad perdida
En faros y neones muertos”[2]


           “En solano cantan las latas
            Y a tientas se arrastran los ebrios
          Brotes fugaces de melodía
          Vapor
          Oscuridad y abismo”[3]

En el poema Callejón, le rinde tributo a la noche, a los símbolos anónimos de una época signada por la bohemia y al "Callejón de la Puñalada", lugar de poetas,  teatreros, pintores, músicos y artesanos, que se congregan a celebrar el encuentro con los significantes de una época.

El poeta carga con una generación en su inconsciente, Víctor “El chino” Valera Mora, el poeta Acevedo, Angel Malavé, Nomar Oporte, Andrés Mejía, Hermes Vargas, Rosa Anka, Gabriel Jiménez Emán, Eleazar León, William Osuna, todos ellos, poetas, libreros, bohemios, bebedores, que dibujaron una época de esta ciudad y de este territorio, habitan el sueño del poeta, donde la noche es una eternidad y el día una suerte de encantamiento que pocos vivian despiertos.

“a veces es como de día
En esa calle”[4]

Pero William Torrealba evoca al “Callejón de la puñalada”, nombrando a héroes invisibles. Felipe, Antonio, Elena, Erick, que deambulan cual espíritus en pena, escribiendo una historia con el hígado, las lágrimas, la ilusión añeja. Cada noche su presencia va adornando los rescoldos de este brazo del bulevar de sabana grande, torrente sanguíneo de la ciudad de caracas.

“entonces
unos cantan su mejor
canción
leen su mejor poema
otros permanecen callados
-la mejor arma-”[5]

El poeta canta a múltiples mujeres: Claudia, Eneida, Beatriz, Alix. Las celebra, las posee, las observa. Pero es Álcalis quien logra seducirlo, robarle el corazón, enloquecerlo. Álcalis es la belleza y el misterio de la mujer y a su vez es la belleza y el misterio de la ciudad.

Toda la ciudad sucede en Álcalis, para el poeta todo lo que representa la historia,  la crónica, la bohemia, está dentro de ella. Álcalis es una ciudad andante. Se adentra en ella, en sus sueños para cantarle, para celebrarla, para hacerla suya:

“Y si algún verso de Verlaine te hace llorar
Dile que yo te vi primero
                                   que develé tu belleza un día
Que me adentré en tus sueños
                                   con el privilegio de los versos”[6]

Quedan a disposición del lector veinte poemas que cantan a una Caracas nocturna y bohemia; cantan a la memoria, pasión y al baile. Al paisaje y los signos de una historia reciente de la ciudad y la noche.









[1] ALCALIS Pg
[2] BARALT. Pg 21
[3] SOLANO. Pg 26
[4] CALLEJÓN. Pg 38
[5] Ibidem
[6] ALCALIS. Pg 16







miércoles, 2 de septiembre de 2015

Cuatro gatos callejeros espantando las fieras desde el poema



                           



















Cuatro gatos callejeros espantando las fieras desde el poema






Ser de poesía, constituirse de poemas, trascender el verso, quizá sea práctica inconsciente de la humanidad, que por dinámica, por movida, por golpeada, no hace consciente su aporte a la construcción de eso que llamamos vivir.






“La poesía debe ser hecha por todos” pregonaba el Conde de Lautréamont y lo cierto es que la poesía es hecha por cada ser viviente que habita el mundo. La poesía surge ante la vida y no todos tenemos el poder, el privilegio o la suerte de descifrarla, y no por incapaces y si por desatentos, entretenidos, sobre ocupados, rudos, caprichosos. Pero cierto es que todos somos en cierta medida coprotagonistas del poema que está por escribirse.






No se debe negar la existencia de la poesía en la eclosión de la flor, en la caída de la lluvia, en el vuelo del pájaro, en el beso robado de los amantes furtivos, en la manifestación feligresa, como tampoco puede negar la poesía manifiesta en nuestra relación ante la vida y la muerte, ante el atropello, la violencia y la injusticia, y mas allá de ello, la poesía que vive en los sueños, en las diversas formas como deseamos el amor, y como esperamos construir la existencia.






Cuatro gatos callejeros
representan un grito postergado desde los tiempos del juglar, son el maullar de un sentido que celebra la vida, que la hace crónica, fiesta, verbena, domingo de plaza. Es la relación amorosa con múltiples seres que van fijando la dermis y epidermis del poema, es la relación con los muertos, con la memoria, es el canto desgarrado de la pérdida, y el aferrarse desde la palabra y el aliento a continuar conformando imágenes que trascienden lo real, lo finito.






La antología poética Cuatro gatos callejeros es la suma de diversas manifestaciones y aproximaciones al poema, desde el canto juglar, el romance, la oda, la elegía y el verso libre. Desde el poema ingenuo hasta el poema abstracto, la creación se hace presente para dibujar diversos universos desde el lenguaje.






Cuatro gatos callejeros
son poetas que han llegado a la poesía por distintos senderos, por el canto juglar, por el cultivo de la décima, por la valoración del trabajo social y educativo, por la apuesta al teatro, a la música, a la animación cultural, por la investigación y la lectura de la poesía venezolana y de sus autores, por el empecinamiento de forjar espacios para la lectura de poesía en voz alta, por el empeño en visibilizar las voces mudas, por quitar de una vez y para siempre la telaraña que cubre el margen, lo bajo, lo oscuro para hacer visible el lugar desde donde emergen las luces que hacen realidad nuestro imaginario.






Cuatro gatos callejeros
son docentes, músicos, trabajadores comunitarios. Cultores de cruz de mayo y parranda de niño. Son editores de periódicos comunitarios, de antologías de expresividad literaria escrita por jóvenes en situación de calle, por privados de libertad, por amas de casas y vecinos que se inscriben en un taller a cielo abierto. Han insistido estos Cuatro gatos en cambiar la dinámica de las oficinas públicas, aunque más de una vez se han sentido derrotados. Apuestan a transformar el mundo con cada granito de arena que puedan sumar a esta tarea de todos.






Como buenos gatos han sido territoriales, no se reúnen, no forman una logia poética, no se leen todas las noches los unos a los otros. Pero la coyuntura, así como lo estratégico los une en un canto que espera sumar la lectura de una ciudad, de un país, de un universo.






Freddy Herrera (1962) es el juglar del verso atropellado, del verso lúdico, que trastoca la rima, que irrespeta la métrica, que es jovial, que con su canto y su alegría dibuja la dinámica de un movimiento de calle que revitaliza la ciudad desde los callejones recónditos del barrio. Sus rimas apuestan a los amores apasionados; a la fiesta, al culto y el poeta se vuelve fenómeno natural, manifestación:


“Rio


Corres como el viento

caballo alado

tras un sueño

(…)”







Alejandro Serrano (1964) decimista de oficio y militante del verso libre, se apropia de ambos recursos para llevarnos a experimentar desde el romance y la prosa poética en un canto, a la ausencia como sensación de pérdida, de duelo. Las ciudades cada día hacen a sus habitantes más solitarios, más melancólicos, pero más profundos a la hora de experimentar los sabores de la soledad. En estos versos se dibujan múltiples ausencias que encuentran desahogo en la poesía


“busco el sueño con premura
para tratar de soñarla
quiero escribirle mil versos
y tengo una hoja blanca.
y todos mis pensamientos
los he dejado en la almohada”






La poeta Lennis Pérez (1968) única mujer presente en este trabajo, trae la fuerza de un verso maduro, amalgamado por la experiencia de trascender el dolor. Su relación en la poesía con la vida y la muerte, con los símbolos oscuros de la ciudad, con el amor y el dolor, con el afecto a los hijos, con la grandeza de la maternidad, pero sobretodo con el compromiso vivo desde la escritura de contribuir con la transformación cultural del país y el continente se hace presente en cada poema:

“Toma el fusil de tu lengua, límpialo con las lágrimas de esos huérfanos, 
de los latinos sacrificados por el confort. Levanta tu cara señora, huele 
el aire y respira el miedo del imperio, los descalzados están despertando 
                        y ahora viajan por toda América del Sur.”






José Javier Sánchez (1970) le escribe a la ciudad, a sus protagonistas y a sus manifestaciones culturales, desde distintas dimensiones. En sus poemas la ciudad trasciende la composición colonial de plaza mayor y dieciséis manzanas, la ciudad se extiende a los márgenes, a las barriadas, a las quebradas. Los ciudadanos son abuelas humildes, borrachos, prostitutas, gatos callejeros a los que rinde tributo”






“Dios te bendiga bella
y borre la vanidad y el machismo
que tú, nuestra ciudad, sigas siendo montaña y río
Montaña firme río en cauce
así como en mi pecho
Ciudad me habitas
mi Ciudad mi Caracas”




Tú, has visto a Cuatro gatos callejeros en recitales públicos, en plazas, en ferias, en festivales. Pero también en el calor de las calles, de las barriadas caraqueñas, en caseríos de Táchira, de Aragua, de Yaracuy, de Lara, de Trujillo, de Nueva Esparta. Visitando las cárceles, llevando sonrisa a los hospitales, en sus voces habita la ternura de los gatos que se hacen millones a la vista de todos, que se multiplican, que no se hacen imprescindibles, pero que están allí, espantando las fieras para que la vida sea más vivible.






El cuarto gato